Una práctica común que tenemos es la de compararnos con otros, lo que nos lleva directamente al descontento, pues siempre encontraremos a personas que según nuestra apreciación están mejor o son mejores que nosotros en cualquier sentido. Antes me pasaba mucho y todavía me descubro haciéndolo a veces, lo bueno es que al percatarme de ello, noto inmediatamente que estoy afuera y puedo elegir nuevamente mi conciencia, volviendo a ese lugar en el que encuentro la paz.
En mi conciencia descubro mi verdadero valor, me doy cuenta de todas mis capacidades y aprendo a quererme con mis defectos. Veo que no necesito probar mi valía delante de nadie, pues mi importancia viene del ser y no requiere confirmación externa. Además aprecio mis cualidades únicas, lo que me hace apreciar a los demás, perdiendo todo sentido el imitar a otros o competir. Definitivamente, me encanta ese lugar!
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