"Cuando las expectativas de uno son reducidas a cero, uno realmente aprecia todo lo que sí tiene".
Stephen Hawking
Hoy me junté con un amigo y, entre otros temas, conversamos de las expectativas que tenemos en general, sobre nuestra familia, amigos, parejas, trabajos y hasta de nosotros mismos. Se trata de ideas fijas de cómo las cosas tienen que ser, el problema es que cuando lo externo no se ajusta a ellas nos desilusionamos, pues estamos tan apegados a ellas que perdemos la capacidad de fluir y de disfrutar lo que la vida nos trae a cada momento. Me ha pasado que he logrado irlas soltando de a poco. Por ejemplo, tiendo a aceptar cada vez más a las personas tal como son, en vez de esforzarme por cambiarlas, lo que se ha traducido en menos conflictos personales.
Ahora, debo reconocer que con el viaje también tengo expectativas, me gustaría lograr la felicidad permanente, pero me doy cuenta que más que estar apegada a un resultado puedo estar abierta a lo que sea, confiando que todo lo que venga será lo que necesite en cada momento. Escucho mi corazón y me siento tranquila, estoy preparada para dar el salto.
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