Cuando estuve en la I, compartí con una señora que me contaba que en su vida cotidiana se sentía muy sola, sobre todo porque añoraba la compañía de su hija, la que siempre se mostraba indiferente. Es común sentirse solo, a veces incluso cuando nos encontramos rodeados de gente. Pero lo que no nos damos cuenta es que esta soledad es interna y no se soluciona encontrando compañía, el resto sólo nos impide sentirla momentáneamente, pero apenas se van, inmediatamente volvemos a hacerla conciente.
En mi caso, era una soledad tan grande que me sentía como si estuviese en un desierto gigante en el que no existía nadie más que yo, lo que me provocaba mucha angustia. Entonces, en vez de evadirla como siempre, me dediqué a experimentarla en profundidad, mientras pensaba las facetas y así desapareció para siempre. Ahora me pasa que incluso disfruto la soledad, un giro radical en mi vida.
"No se sabe lo que es el consuelo del corazón sino cuando nos quedamos solos".
Edgar Allan Poe
No hay comentarios:
Publicar un comentario