Después que moví toda esa protección que tenía, hace un par de días, quedó en evidencia que detrás de ella tenía una tremenda necesidad interna de amor. Verme así, tan requerida de afecto no me gustaba para nada, prefería mil veces la antigua postura autosuficiente de la conciencia, pero en vez de negar ese aspecto en mí, traté de abrazarlo.
Me dediqué unos momentos al ejercicio del espejo, hasta el punto que se hizo evidente en mis ojos todo ese rechazo que sentía por mí misma, lo que me produjo mucha pena. No me quedó otra que ir a expresar. Ahí lloré un rato, hasta que la emoción se fue. Después me sentí mucho mejor, además que me puso contenta notar que cada vez me amo aún más.
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