"Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio".
Pitágoras
A veces, me encuentro con algún conocido que no veo hace tiempo y me pregunta si estoy pololeando, cuando respondo que no, se extrañan un poco, como me sucedió el día de hoy.
Tenemos la creencia que el estado natural de los seres humanos es estar en pareja, de ahí que tengamos tantos juicios con la soledad. Otra creencia compartida, es que el amor está afuera, por ello siempre buscamos esa persona especial que debe venir a completarnos, dándonos lo que nos falta. El problema es que no importa cuánto amor pueda darnos, nunca es suficiente, pues ese amor que buscamos no está en el exterior, sino que dentro de nosotros.
Cuando terminé mi última relación, hace casi 3 años, ya estaba practicando el sistema y me sirvió mucho, en ese momento decidí darme tiempo para mí, para sanarme internamente y aprender a amarme. Me pareció la elección correcta, sobre todo considerando que una pareja nos está siempre reflejando lo que hay en nuestro interior. "Empiecen por lo primero, ámense", nos dijo una vez una maestra y puedo dar fe que es el camino más certero.
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